miércoles, 16 de febrero de 2011

Víctor se hace dueño de la historia

Llevo una semana muy complicada. Todos los días llegaba a casa y me decía a mí mismo, venga coño escríbe algo en el blog, si será por sufrimientos. Écha la pota ahí en la red, para que lo lean todos. Lo que pasa es que me daba la sensación de que si lo escribía se haría más real. Por si acaso no lo voy a escribir. No es real. Vamos a rodar el corto. Se mantienen las fechas. Se mantiene todo. Sólo que no será en el mismo chalet que teníamos en un principio.

Luego por otra parte el corto que ganó los goya. Un corto sobre Reyes Magos y tal. Una putada. Hay muchos cortos en este mundo y nunca pretendí ser el primero en abordar la cuestión, pero ya vamos dos seguidos en un par de meses, y es una historia que llevo queriendo contar muchos años. Tuve muchas dudas. Dudas estúpidas dignas de mis estúpidas inseguridades de esas de "qué os voy a contar".

Pero entonces Daniel Romero, como ya acostumbra, dijo unas palabras mágicas muy sencillitas. Bueno, dijo más cosas que no se pueden poner aquí, pero sobre todo me quedo con esto:

Lo tuyo es diferente, hay que recuperar la esencia de rodar un corto, el sentido de todo esto: contar una historia, más allá de premios, festivales y mierdas que no valen para nada.

A ver, que Juan con miedo lleva más de 80 selecciones y eso no le hace daño a nadie, pero qué coño, tiene razón. Si no, no haría este corto. Haría otro.

Por cierto, Víctor se sabe el texto de arriba a abajo. Tiene cinco años y cuando he llegado a casa me he encontrado con esta foto en el móvil. Era para la diseñadora de vestuario y la he hecho dos segundos antes de que saliéramos por la puerta.


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